Esta noche, me siento cansado...
Cansado de siempre la misma rutina exasperante, las mismas caras, el mismo trabajo, el escaso sueldo...
Lo mismo de todos los días, de todas las semanas, de todos los meses y años...
Tan sólo me puedo permitir esos escasos momentos de ensoñación, en que mi alma se separa de mi cuerpo, de forma involuntaria, aunque sobradamente meditada...
Es en esos instantes, e
Cansado de siempre la misma rutina exasperante, las mismas caras, el mismo trabajo, el escaso sueldo...
Lo mismo de todos los días, de todas las semanas, de todos los meses y años...
Tan sólo me puedo permitir esos escasos momentos de ensoñación, en que mi alma se separa de mi cuerpo, de forma involuntaria, aunque sobradamente meditada...
Es en esos instantes, e
n esos momentos, cuando me dejo llevar por el sueño, por las sensaciones que me sobrevienen al borde del REM, sensaciones que me hacen evocar viejos recuerdos; nostalgias que retornan a mi mente desde el mundo subliminal del olvido consciente, para explotar dentro de mi cabeza con todo su ímpetu...
Es en esos momentos, cuando a bordo de mi nave, recorro esas insondables dimensiones del sueño, en las que no existen fronteras, ni limites ni barreras que me puedan detener.
Es en esas horas, en las que la luna esta reluciendo en algún lugar del cielo, en los que lo real se hace ficticio y lo irreal real...
Es en esas horas, en esos mundos, donde todo es posible y no hay lugar a las utopías ni a los sueños no realizados.
Donde lo negro se vuelve blanco y lo gris...Lo gris estalla en una amalgama de colores condensados en un crisol brillante, que desmadeja los distintos tonos, dejándolos ya colocados en su lugar sobre la paleta del pintor...
...Del pintor de las palabras, que incansablemente, cada noche, de forma inexorable, deja plasmados sobre un blanco papel, violándolo con la palabra, sus mas íntimas inquietudes, sueños, deseos, ansias, recuerdos...Nostalgias...
Es en esas horas, cuando la bruja blanca aparece, como cada noche, para decirme que es la hora de viajar; de dejar libre el alma para que campe a sus anchas por el vasto reino del dios Morfeo...
Es en esas horas, cuando el zumbido de sus alas me desvelan por un instante...Lo justo para que hasta mi llegue el olor de la "queimada" que "as meigas" están elaborando en sus ollas de barro sobre un fuego hecho con todos los malos deseos y oscuros presagios que pululan por el mundo.
Es entonces cuando hasta mi ventana llega el refulgir intermitente del faro de "Fisterra", para recordarme que mas allá del mar...Existen aun mas estrellas...de las que pueda contar...
Y en un duermevela, me imagino en mitad de una pradera, viendo como alguien está jugando con los lobos al pilla-pilla.
Mis ojos comienzan a cerrarse, y justo en el ultimo instante, antes de que la luz de mi día se apague, es cuando mi cuerpo comienza a sentir el dulce vaivén del mar que acaricia mis sentidos...
En el ultimo segundo, me dejo arrullar por ese dulce vaivén, y también por un dulce sonido que comienza a llegar hasta mis oídos...
Escucho con toda la atención que mis adormecidos sentidos me permiten, intentando descifrar de que se trata...
...¡Claro!...
...¡Cómo no me había dado cuenta antes...!!!
...Es un bandoneón lo que suena...
...Un dulce y melancólico bandoneón, interpretando un bello tango con acento porteño...
..."el día que me quieras..."
Es en esos momentos, cuando a bordo de mi nave, recorro esas insondables dimensiones del sueño, en las que no existen fronteras, ni limites ni barreras que me puedan detener.
Es en esas horas, en las que la luna esta reluciendo en algún lugar del cielo, en los que lo real se hace ficticio y lo irreal real...
Es en esas horas, en esos mundos, donde todo es posible y no hay lugar a las utopías ni a los sueños no realizados.
Donde lo negro se vuelve blanco y lo gris...Lo gris estalla en una amalgama de colores condensados en un crisol brillante, que desmadeja los distintos tonos, dejándolos ya colocados en su lugar sobre la paleta del pintor...
...Del pintor de las palabras, que incansablemente, cada noche, de forma inexorable, deja plasmados sobre un blanco papel, violándolo con la palabra, sus mas íntimas inquietudes, sueños, deseos, ansias, recuerdos...Nostalgias...
Es en esas horas, cuando la bruja blanca aparece, como cada noche, para decirme que es la hora de viajar; de dejar libre el alma para que campe a sus anchas por el vasto reino del dios Morfeo...
Es en esas horas, cuando el zumbido de sus alas me desvelan por un instante...Lo justo para que hasta mi llegue el olor de la "queimada" que "as meigas" están elaborando en sus ollas de barro sobre un fuego hecho con todos los malos deseos y oscuros presagios que pululan por el mundo.
Es entonces cuando hasta mi ventana llega el refulgir intermitente del faro de "Fisterra", para recordarme que mas allá del mar...Existen aun mas estrellas...de las que pueda contar...
Y en un duermevela, me imagino en mitad de una pradera, viendo como alguien está jugando con los lobos al pilla-pilla.
Mis ojos comienzan a cerrarse, y justo en el ultimo instante, antes de que la luz de mi día se apague, es cuando mi cuerpo comienza a sentir el dulce vaivén del mar que acaricia mis sentidos...
En el ultimo segundo, me dejo arrullar por ese dulce vaivén, y también por un dulce sonido que comienza a llegar hasta mis oídos...
Escucho con toda la atención que mis adormecidos sentidos me permiten, intentando descifrar de que se trata...
...¡Claro!...
...¡Cómo no me había dado cuenta antes...!!!
...Es un bandoneón lo que suena...
...Un dulce y melancólico bandoneón, interpretando un bello tango con acento porteño...
..."el día que me quieras..."
J.J.2012
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