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miércoles, 9 de octubre de 2013

LIBRE

Hoy, en esta soleada tarde de otoño, me decido a escribir mis pensamientos a una hora mas temprana de lo habitual, empujado por el temor a que tras tomar esta noche mi dosis de diazepám, (que se supone ha de actúar como relajante muscular para mi dolorida espalda), me relaje el cerebro al igual que lo hace con mis músculos y mis ideas se relajen tanto, que pasen a convertirse de ideas...en una especie de "diarrea mental", de relajadas que se queden.

Hoy; en esta tarde ya cercana al ocaso del astro rey, tras haber conducido ida y vuelta a la clínica para recibir mi diaria "banderilla" de anti-inflamatorio vía intramuscular, me dispongo a relajarme lo que queda de día e intentar descansar; que buena falta me hace.

Mi mente; libre ya de preocupaciones y obligaciones por hoy, se dispone a comenzar su vagar por el mundo de lo imposible, donde dicen que sólo habitamos los chalados como yo, que matamos nuestro tiempo libre en emborronar pantallas inmaculadas del ordenador, siguiendo incansables la estela, convertida ya a los pocos minutos en reguero de letras, que va dejando tras de si sentimientos y sensaciones a veces descontroladas, a veces inesperadas y otras tantas, desconocidas.

Esta tarde; mientras los últimos rayos de sol penetran en mi estancia a través de las ranuras de la persiana, dibujando un traje a rayas sobre el techo y arabescos de sombras sobre las blancas paredes, intento como casi cada día, hilvanar unas pocas frases con sentido, para luego desparramarlas por la infinita red de megabytes del mundo virtual, con la esperanza de que algun@s de vosotr@s las leáis y os hagan sentir...

Os hagan sentir la misma sensación que mi mente está sintiendo ahora; la sensación del aire sobre la cara; fija la mirada en un interminable horizonte azul, donde el mar y el cielo se confunden, hasta hacerse sólo uno, hasta el punto de no poder diferenciar cual es cual.
La sensación del salado sabor de la mar, que con sus lágrimas lanzadas al viento, besa mis mejillas y mis labios, dejando en ellos ese sabor a sal...

El olor...
Ese olor a yodo; a frescor, a naturaleza; a libertad, que solamante una visión de ese tipo nos puede proporcionar a los humildes mortales que aunque tan sólo sea por un instante, nos detemos a disfrutarla, aunque sólo sea en esos pequeños instantes en los que nos abandonan nuestras diarias obligaciones y ocupaciones de gente humilde.

Gente humilde, aunque no por ello carente de sensibilidad suficiente como para seber apreciarlas; tal vez por el hecho de que los pobres...nos conformamos con poco, y a sabiendas de que no es mas rico quien mas tiene, sino...quien menos necesita para ser feliz.

Me gustaría tener alas...

Tener alas para volar allende la mar, sobrevolando sus acantilados agrestes donde rompen las olas en torbellinos de blanca espuma y cual gaviota, mirar hacia abajo viendolo todo desde una perspectiva superior, desde donde poder apreciar con detalle; a vista de pájaro, el devenir de la raza humana en este mundo en el que nos ha tocado vivir.
Un mundo en el acaso haya sido por azar; acaso porque así estaba escrito en las líneas de las manos, habitamos día a día, intentando sobrevivir en tre las fieras.

Y acaso en mi vuelo, poder llegar hasta la naciente luna, para depositar en sus blancas mejillas un beso; el mismo beso con el que cada noche ella me desa las buenas noches.

Tener alas para volar...
Para volar en pos de mis sueños; para volar en pos de una quimera, que tal vez sólo exista en mi obtusa mente, donde ya habita tan sólo la última de mis neuronas, y lo hace en estado vegetativo, pues es sabedora de que en este mundo, a veces, valiera mas ser tonto, ciego, sordo y mudo para no pensar, no ver, no oír ni tampoco poder responder a las barbaridades que cotidianamente nos encontramos en nuestro camino...

No ver; no oír, no hablar...tal vez, en ocasiónes, tampoco sentir, para evitarle a nuestro corazón el tener que verter sus lágrimas por el sentir de lo que nos acontece y evitarle también de paso a nuestra mente inutiles quebraderos de cabeza, que nos agrían carácter y estómago...

En fin...

Que en esta tarde, me gustaría sentir esa libertad que hace tanto tiempo no siento, y poder gritarle a los cuatro vientos desde mi atalaya sobre las embravecidas olas...

...¡SOY LIBRE!...


©JotaJota

http://youtu.be/7812dngARbk

Entretanto...

...Háganme un favor...¿Quieren?...
...Sean felices...
...(O por lo menos...Inténtenlo...)

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