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martes, 22 de octubre de 2013

UNA NOCHE SIN MUSA

Esta noche, la musa me ha abandonado definitivamente.

Esta noche, ni siquiera ha osado acercarse a mis ideas, tal vez por miedo a que se le pegue mi sopor.

Tal vez sea por la compañía que esta noche me está "brindando" un poco antes de la hora habitual, mis relajantes musculares en forma de comprimiditos que he de ingerir por mi salud, dicen...

Busco a la dama inspiración con la esperanza de hallarla en algún rincón de mi cuarto, esperando la ocasión de lanzarse sobre mi mente , mas no la hallo.

Esta noche no la hallo como tantas otras mirándome con sus ojillos de color azul cielo y penetrante mirada.

Levanto la vista hacia el techo, tratando de encontrar la respuesta en el; tal vez pintada a modo de grafitti multicolor; mas  mis ojos se pierden en el blanco esmalte sin ver nada mas.

Por la entreabierta ventana, ráfagas de viento entran en la estancia a ratos, haciendo estremecerse el cortinamen que la cubre.

Mi piel recibe los soplos de esa brisa, con la misma suavidad con la que recibiría un beso, mientras cierro mis ojos.

Me recuesto en mi silla buscando la postura mas cómoda, e intento relajarme. Siento el paso de la levedad del tiempo deslizarse sobre mi cuerpo con la misma tersura que si de otra piel que se desliza sobre la mía se tratase.

Los vellos de mi nuca, se erizan un poquitín al sentir el roce de la mano invisible del tiempo, que transita errático esta noche, como si no supiese muy bien a dónde dirigirse.

Mis ojos se posan sobre el reloj que  parpadea en la esquina de la pantalla del pc...Las 23:06 PM...Bien...

Trato de recabar un "informe de estado" de última hora de  todos y cada uno de los órganos de mi cuerpo, y en mi cerebro lleno de lucecitas rojas, se van apagando una a una y tornando a lucir de nuevo en verde...
Todo bien...

Mis manos imaginarias sueltan las amarras que me mantienen atado al puerto de la realidad y con un suave vaivén, mi nave zarpa...

Es en ese momento cuando todo el paisaje se transforma y paso de estar en mi cuarto, a estar en el puente de mando de mi nave de los sueños...

Su quilla, corta el agua de los cristalinos océanos del sueño en busca de su destino; ya no hay vuelta atrás y le ordeno al timonel...

-Avante toda...

La nave pega un respigno y emprende una alocada carrera en pos de la estela de una estrella fugaz que cruza el cielo en ese momento, dejando tras de si sólo un halo de polvo de estrellas que se desvanece casi al instante entre brillos sordos.

Escucho...

Todo es silencio esta noche.Silencio denso, apenas cubierto por el murmullo de las olas que se deslizan por ambas bandas de mi nave, cortadas en dos por la afilada quilla, en cuyo mascarón; orgullosa; luce tallada la cabeza de un hermoso lobo con sus brillantes ojos de cristal mirando siempre a lontananza.

El mar parece lleno de luces que brillan en su superficie; tardo un rato en darme cuenta de que lo que estoy viendo no es otra cosa que el cielo preñado de estrellas reflejado en la superficie de la mar, hasta confundirse y no saber cual es cual.

Esta noche, mi travesía parece que va a ser tranquila.

La verdad es que me hace falta tras la de la pasada noche, que fué algo "revuelta" merced a unos malos vientos del norte que acuciaron mi nave hasta la madrugada, haciéndola cabecear y dar guiños, mientras era sacudida por los embates de las olas coronadas de blanca espuma.

En el "puente de mando", todo parece estar en orden, asi que me decido a dar una vuelta por la cubierta antes de  encerrarme en mi camarote toda la noche.

Abro la portezuela y mis pies se posan sobre el tabazón de la obra de cubierta mientras mis ojos ansiosos se dirigen hacia lo alto del cielo en busca de Orión.

Allí lo oteo, justo al lado de Sirio.

Su hallazgo me tranquikiza, pues asi ya se donde estoy exactamante.

y es que las cartas de navegación por el océano de los sueños, aun están sin fabricar.
Aún nadie ha realizado ni un solo esbozo de su contorno, pues son desconocidos sus limites.

Nadie ha osado dibujar ni una sola linea que indique una ruta a seguir.

Una vez, un viejo marinero me dijo que la carta marina del océno onírico, era diferente para cada persona y que cada cual debía...dibujar la suya.

Oigo un chapoteo; me asomo a la amura de babor y veo...Delfines....

Delfines qie siguen la estela de mi proa haciendo piruetas.

...Todo es cuetión de imaginar...

Una sonrisa se pinta en mi cara.

Es hora de irme a dormir...

                                           (©JotaJota)

                                                  ...Háganme un favor...¿Quieren?...
                                                  ...Sean felices...

                                                  (...O por lo menos...Inténtenlo...)


http://youtu.be/Cyuc8cdfwnw

Y mañana; si la autoridad y el internet me lo permiten estaré de nuevo aquí para narrarles mis desvaríos...

...Pero sólo si me prometen que Uds. estarán también ahí para leerlos...

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