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sábado, 6 de julio de 2013

QUE NO SE ROMPA LA NOCHE III

Esta noche, aún sigo sumergido entre las piezas de mi puzzle vital.
Aún sigo intentando encajar cada una en el lugar que le corresponde entre la maraña de piezas revueltas que lo componen, sin haberlo conseguido aún del todo.

Hay algunas de ellas, que  por su forma extraña, escapan a mi razón.
Aún no he logrado ubicarlas en el conglomerado vital del que forman parte, aunque estoy seguro de que algún decisivo papel han de cumplir en el mismo, y por ello es por lo que no me resigno a desecharlas ni olvidarlas fácilmente, pues en mi contumacia recalcitrante me he empeñado en hacerlas encajar en alguno de los inconclusos huecos vacíos que se reparten aquí y allí a lo largo de mi vida.

Probando una y otra vez con cada una de ellas el lugar donde puedan encajar, me estrello siempre contra la misma pared invisible que me impide continuar.
Parece  como si el destino se empeñase en que no pudiese terminar mi puzzle, y con él la última esperanza de traer un poco de lógica y coherencia a mis recuerdos.

Recuerdos borrosos, como el vaho que se acumula en los cristales los días de lluvia, desdibujando los paisajes, que únicamente retornan a su  lógica nitidez, tras pasar la mano sobre la superficie del cristal, arrastrando con ella los vestigios de una velada nostalgia, inspirada por la humedad condensada en la vítrea superficie.

Mi ultima neurona no da mucho mas de si a estas alturas de la semana, por lo que decido poner  otra marcha mas corta; como metiendo la primera en un auto, para poder ascender por una pendiente que se me antoja es demasiado empinada.

De nuevo mis movimientos  se repiten mecánicos, con la pieza entre los dedos, como a cámara lenta.

Esta vez encaja...

No me lo creo ni yo mismo, que haya encontrado al fin su lugar entre el popurri de  piezas de colores que forman mis recuerdos, bullendo en mi mente como bulle la sopa espesa de la abuela; con fundamento, con aroma, sabor y densidad y ese aire de lejana nostalgia como la que se desprende de los cuadros de amarilleadas fotos que penden de las paredes de mi alcoba.

Una pieza mas en el puzzle...Un ladrillo menos en el muro que  poco a poco voy derribando para lograr pasar al otro lado, esperando hallar allí otro mundo distinto a nuestro mundo vital, que cada día día vivimos como autómatas, enfrascados en nuestras cotidianas obligaciones.

Un paso menos para alcanzar mi meta.
La meta de derribar todas aquellas paredes que encuentre en medio de mi camino, para volver a construirlas a mi modo.
Unas paredes que voy construyendo hechas con letras y escarcha, pero que son paredes recias; resistentes; cimentadas.

Utilizando las letras en vez de ladrillos, intento crear un mundo en que reine la palabra, con las que formar enormes metrópolis pintadas por mi mano de verde, color de esperanza.

Dejo amontonadas  a  una lado las piezas restantes; por hoy ya me doy por contento de haber logrado colocar una en su lugar, y con ello aumentar    la cantidad de mis recuerdos que ya ocupan su sitio en el laberíntico conglomerado lleno de oquedades que forman mi memoria.

Mañana, de nuevo, si no se rompe la noche, intentaré seguir  buscando ubicación para el resto de las piezas que aun me faltar por colocar.

Entretanto, mis sentidos  se adormecen, satisfechos por la hazaña realizada hoy, o tal vez por el efecto sedante que en mi alma produce  la música de una canción...

http://youtu.be/J7DTt0oxy3o


Volveré...

Volveré mañana  a relatarles el devenir de mis sueños.

...Pero sólo si me prometen que Uds. también estarán y que perderán unos minutos en sus ajetreadas vidas para leer mis locuras...

                                                                                 ©JotaJota

                                          ...Háganme un favor...¿Quieren?...
                                                          ...Sean felices...

                                             (O por lo menos...Inténtenlo...)

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