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domingo, 26 de mayo de 2013

DIVAGACIONES AL BORDE DEL SUEÑO


Sentado ante el teclado, con una copa de espirituoso al lado para templar mi cuerpo y mi alma, me dispongo a  hilvanar, al igual que cada noche, mi despedida.

Las luces ya hace tiempo que se fueron y en su lugar sólo dejaron un hueco vacío; un enorme socavón en el cielo, que la luna y su cohorte de estrellas se apresuraron a llenar.

En la calle,  aún resuenan los ecos de la verbena que se celebra mas abajo, y hasta aquí llega el sonido amortiguado de las voces, de las risas y de la música, entre efluvios  de parrilla y de "llagar".

Sobre el contenedor, una gata se asea, pasando su lengua por la palma de su pata, y restregándose con ella la cara; atusándose sus bigotes con el mismo esmero que lo haría una esteticista.

Sus ojillos se cierran durante el menester y a tientas pasa y repasa su pelaje lustroso hasta que queda liso e impoluto.
Satisfecha con su labor, se queda sentada mientras su cola se agita dibujando arabescos en el aire, que la brisa se lleva sigilosamente.

Mi mente inquieta, me formula preguntas para las que no tengo respuesta...

¿Por qué la noche...?

...¿Por qué?...

Son demasiados los "por qué" que diariamente me asaltan sin tener una respuesta para darle a mi materia gris, así que esbozo un mohín de disgusto mientras enciendo un cigarrillo con nervioso ademán.

Observo el humo...

El humo que sube  dibujando volutas absurdas de fugaz duración, en su ascenso hacia la negra noche...

Una buena parte de mis pensamientos se van con ellos, girando y girando en la veloz espiral ascendente que los lleva a modo de portadora.

La gata, parece haberse quedado hipnotizada mirándome desde su atalaya del contenedor de plástico, sin apartar  ni un ápice la vista de mi.

Un quedo maullido, dulce como almíbar y suave como terciopelo, suena en el interior de mi habitación. Vuelvo la vista y contemplo a mi gatita atigrada, sentada sobre mi almohada mirándome con ojillos inquisitivos.

De nuevo otro maullido seguido de un ronroneo, que me indica que ya es hora de irme a la cama; de iniciar mi andadura por los imprevisibles mundos de los sueños.

Arrojo la colilla a la calle y cierro la ventana. La persiana cae estrepitosamente dejando pasar sólo una línea de luz discontinua, que  pinta rayitas en el techo, en los  muebles y en la copa de espirituoso que vacía  yace sobre la mesa del pc.

Mi gatita se acomoda a mi lado e inicio mi cuenta atrás hacia la fase REM.

Mientras, en mis oídos resuena la misma insistente y recalcitrante pregunta  de siempre...

...¿Por qué la noche?...

                                                                              ©(JotaJota)



http://youtu.be/WSVd8szH7Qk


                                                       ...Háganme un favor...¿Quieren?...
                                                           ...Sean felices...
                                                       (O por lo menos...Inténtenlo...)

Dulces sueños...
Hasta mañana...

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