Las horas pasan lentamente, al igual que las gotas caen del cielo también lentamente.
El tiempo, parece transcurrir con una pausada monotonía, mas propia de las horas contadas una a una por un reloj de arena, en el que los segundos caen al ritmo en que caen los granos de arena.
Me asomo a la ventana y miro hacia arriba.
Un torbellino de minúsculas gotas de agua, se dibujan al contraluz de las farolas, y parece que viniesen, todas a una, hacia mí.
La luna, no se ve esta noche...
Tampoco las estrellas osan asomarse al negro cielo, encapotado por miles de nubes que vierten su llanto sobre la tierra.
Los prados, están casi anegados por tanta agua, y los ganados aparecen como medio adormilados bajo la incesante lluvia.
Mañana, será otro día igual que el de hoy...
Añoro el calor del verano, las tardes bajo el sol y la luz de los amaneceres.
Los días en la playa, días de tortilla y de sandwich, saboreando una cerveza bien fría...
Añoro el rumor de las olas resonando en mis oídos, mientras me dejo mecer por la marea que sube.
Tardes de sombra bajo los eucaliptos al lado de la ría...
Añoro contemplar a los pescadores, que pacientes lanzan su sedal al agua, aguardando la picada de alguna chopa, sargo o dentón, con el que agasajar a sus visitas los días de fiesta.
Añoro el sonido de la sidra al "espalmar" en el fino vaso de escanciar.
...Las voces...
Las voces de algunos tertulianos que animados por la bebida típica astur, se atreven con alguna tonada de El Presi, o de Víctor Manuel.
Sus ecos resuenan largamente por las esquinas de algunos barrios sidreros, mientras los niños corretean por las plazas jugando con los corchos.
Tiempos de descanso...
Tiempos de descanso y de farra, como diría el cantautor Pipo Prendes, en alguno de sus bellos temas.
Tiempos de vino y rosas, sin preocuparse de las espinas.
Mas aún falta mucho para eso, y entretanto, me entretengo emborronando pantalla tras pantalla; tecleando sin cesar los absurdos pensamientos que a mi obtusa mente acuden.
Aún faltan muchos días de rutinas miles de veces repetidas, hasta que lleguen esos días de asueto.
Mientras, trato de hilvanar, día tras día; noche tras noche, estas ocurrencias de despedida, que algunos esperáis impacientes.
Me imagino a la abuelita del país de los fríos eternos, sentada como cada día; como cada noche, en el centro de un círculo formado por sus bebés, mientras les recita hoy bellos poemas de Neruda.
También pienso en "as meigas"; que de nuevo otra noche, tendrán que volver a refugiarse de la lluvia en el interior de alguna caverna perdida en la espesura de los montes galaicos.
También a la dama que baila con los lobos; esta noche armada de paraguas y botas de goma, que danza con los lobos a su alrededor, en mitad de la serranía.
La brujita de las alitas de crista, debe de estar esta noche ocupada, pues aún no me ha dejado su despedida en el cabecero de mi cama, con un guiño; como hace cada noche.
Y la dama que escucha los tangos de Gardel mientras lee a Gabo, a sorbitos de su mate, subirá el volumen del reproductor, para no oír las detonaciones en la calle.
Mi gatita, ya ha tomado posiciones sobre la cama y me mira con ojitos dormilones mientras ronronea quedamente.
Es ya hora de irse a dormir...
Escucho...
Escucho y esta noche oigo una música que me transporta...
...Pienso en Marte...
http://youtu.be/AlA_7O3VAHQ
...Háganme un favor...¿ Quieren ?...
...Sean felices...
( O por lo menos...Inténtenlo...)
El tiempo, parece transcurrir con una pausada monotonía, mas propia de las horas contadas una a una por un reloj de arena, en el que los segundos caen al ritmo en que caen los granos de arena.
Me asomo a la ventana y miro hacia arriba.
Un torbellino de minúsculas gotas de agua, se dibujan al contraluz de las farolas, y parece que viniesen, todas a una, hacia mí.
La luna, no se ve esta noche...
Tampoco las estrellas osan asomarse al negro cielo, encapotado por miles de nubes que vierten su llanto sobre la tierra.
Los prados, están casi anegados por tanta agua, y los ganados aparecen como medio adormilados bajo la incesante lluvia.
Mañana, será otro día igual que el de hoy...
Añoro el calor del verano, las tardes bajo el sol y la luz de los amaneceres.
Los días en la playa, días de tortilla y de sandwich, saboreando una cerveza bien fría...
Añoro el rumor de las olas resonando en mis oídos, mientras me dejo mecer por la marea que sube.
Tardes de sombra bajo los eucaliptos al lado de la ría...
Añoro contemplar a los pescadores, que pacientes lanzan su sedal al agua, aguardando la picada de alguna chopa, sargo o dentón, con el que agasajar a sus visitas los días de fiesta.
Añoro el sonido de la sidra al "espalmar" en el fino vaso de escanciar.
...Las voces...
Las voces de algunos tertulianos que animados por la bebida típica astur, se atreven con alguna tonada de El Presi, o de Víctor Manuel.
Sus ecos resuenan largamente por las esquinas de algunos barrios sidreros, mientras los niños corretean por las plazas jugando con los corchos.
Tiempos de descanso...
Tiempos de descanso y de farra, como diría el cantautor Pipo Prendes, en alguno de sus bellos temas.
Tiempos de vino y rosas, sin preocuparse de las espinas.
Mas aún falta mucho para eso, y entretanto, me entretengo emborronando pantalla tras pantalla; tecleando sin cesar los absurdos pensamientos que a mi obtusa mente acuden.
Aún faltan muchos días de rutinas miles de veces repetidas, hasta que lleguen esos días de asueto.
Mientras, trato de hilvanar, día tras día; noche tras noche, estas ocurrencias de despedida, que algunos esperáis impacientes.
Me imagino a la abuelita del país de los fríos eternos, sentada como cada día; como cada noche, en el centro de un círculo formado por sus bebés, mientras les recita hoy bellos poemas de Neruda.
También pienso en "as meigas"; que de nuevo otra noche, tendrán que volver a refugiarse de la lluvia en el interior de alguna caverna perdida en la espesura de los montes galaicos.
También a la dama que baila con los lobos; esta noche armada de paraguas y botas de goma, que danza con los lobos a su alrededor, en mitad de la serranía.
La brujita de las alitas de crista, debe de estar esta noche ocupada, pues aún no me ha dejado su despedida en el cabecero de mi cama, con un guiño; como hace cada noche.
Y la dama que escucha los tangos de Gardel mientras lee a Gabo, a sorbitos de su mate, subirá el volumen del reproductor, para no oír las detonaciones en la calle.
Mi gatita, ya ha tomado posiciones sobre la cama y me mira con ojitos dormilones mientras ronronea quedamente.
Es ya hora de irse a dormir...
Escucho...
Escucho y esta noche oigo una música que me transporta...
...Pienso en Marte...
http://youtu.be/AlA_7O3VAHQ
...Háganme un favor...¿ Quieren ?...
...Sean felices...
( O por lo menos...Inténtenlo...)
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